El buenazo de San José          

Autor:  Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

       


San José no ha tenido buena prensa. Los llamados evangelios apócrifos han
sido determinantes en la fabricación de la imagen de san José A ellos se debe que durante tiempo se le representara como viejo, como viudo... 
Los Padres de la Iglesia, por defender la virginidad de María, silenciaron a san
José. Lo mismo ocurrió con los escritores y artistas de la Edad Media quienes nos presentaron a san José alejado de los misterios de la vida de Jesús.

Clave en el crecimiento de la devoción y del culto a san José fue santa Teresa. Para ella, además de ser protector, es el mejor maestro de oración. La Santa de Ávila dedicó el primer convento fundado por ella a san José.

En el capítulo 9 de la Autobiografía, santa Teresa nos habla maravillas de este santo. "Pues, como me vi tan tullida y en tan poca edad y cuál me habían parado los médicos de la tierra, determiné acudir a los del cielo para que me sanasen... Tomé por abogado y señor al glorioso San José, y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores de honra y pérdida de alma, este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo; de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas, y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre -siendo ayo- le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.
Esto han visto otras algunas personas, a quién yo decía se encomendasen a
él, también por experiencia; y aun hay muchas que le son devotas de nuevo,
experimentando esta verdad...

Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso santo, por la
gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido
persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la
vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme ha algunos años que cada año en su
día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío...

Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere; y verá por
experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y
tenerle devoción.

En especial personas de oración siempre le habían de ser aficionadas; que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles, en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no le den gracias a San José por lo bien que les ayudó en ellos. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro y no errará en el camino.
Plega el Señor no haya yo errado en atreverme a hablar en él; porque, aunque
publico serle devota, en los servicios y en imitarle siempre he faltado; pues él hizo, como quien es, en hacer de manera que pudiese levantarme y andar y no estar tullida; y yo, como quien soy, en usar mal de esta merced".

Y la Santa añade: "Quien no hallare maestro de oración, tome este glorioso santo por maestro y no errará en el camino". La Orden fundada por santa Teresa se convirtió en entusiasta de san José, y por donde se ha ido expandiendo, ha llevado la devoción de este santo. Quien necesite luz, ayuda y fuerza para caminar en la vida y orientar su familia, acuda a quien se encargó de velar por la Sagrada Familia. Hoy, al él nos dirigimos y le pedimos que nos haga amables, dóciles y mansos con los hijos, con la familia y con nuestros prójimos. Él nos puede enseñar cómo llegar a Jesús, cómo confiar en Dios, como escuchar al Señor, cómo vivir hoy en día bajo el peso de la cruz.

San José fue un buenazo. Quienes lo acogen como modelo, amigo, padre, sienten un deseo grande de ser como él.