Pidió perdón

Autor:  Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

 

           

            Un joven estaba muriéndose; pese a ello, durante tres días luchó por prolongar su vida.

            Una religiosa  que lo atendía le preguntó:

            -¿”¿Por qué prolongas esa lucha?”

            -“No puedo morir sin pedir antes perdón a mi padre”-contestó.

            Cuando su padre acudió, se fundieron ambos en un abrazo y el joven le pidió que le perdonase.

            A las dos horas, el joven expiró en paz.

            Dios nos ama, nos perdona; nosotros debemos hacer lo mismo. El amor verdadero "todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo acepta" (1 Co 13,7). Nada nos ayudará tanto a amar y a perdonar como el experimentar el amor y el perdón de Dios."Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia " (Mt 5,7). "Sed unos para con otros benignos y misericordiosos, perdonándose unos a otros como Dios les perdonó en Cristo" (Ef 4,32). Somos nosotros los que al perdonar ponemos la medida del perdón. "Perdonen y serán perdonados. Den y se les dará...Porque con la medida que midieren se les medirá" (Lc 6,36-38). "Tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia"(St 2,13).

            Y hay que usar una buena medida para excusar los pecados de cada día , los pequeños, esos que van carcomiendo toda clase de amor. Este muere, a menudo, por las continuas desatenciones, olvidos, genio, egoísmo.  La puesta del sol no debe sorprender a nadie en el enojo (Ef 4,26) y "si tu hermano peca contra ti siete veces al día, y siete veces vuelve diciendo: "Me arrepiento", le perdonarás (Lc 17,3-4). "No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; antes al contrario bendigan, pues han sido llamados a heredar una bendición" (1Pe 3,8-9).

            Igual que amamos y ofendemos a diario, igual debemos perdonar. Pero tanto el amor como el perdón son un proceso. El perdonar conlleva:

            1.- Reconocer que me han ofendido, que alguien me ha herido. No se trata de buscar el culpable, posiblemente la culpa sea de ambos.

            2. Querer perdonar. El perdón afecta nuestra voluntad. El que quiere o desea perdonar, ya ha perdonado . Entonces Dios tiene paso abierto para sanar totalmente.

            3. Dios sana. "Les daré un corazón nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne" (Ez 36,26). "El sana los corazones destrozados y venda sus heridas"(Sal 147,6).Dios es capaz de crear un corazón nuevo, de acabar con el odio y el rencor cuando se le deja actuar.

            4.El perdón es un don de Dios. Este don hay que ponerlo en práctica, acercándose al otro con un saludo, un gesto  de amistad que demuestre que no se guarda rencor.

            Quien no perdona se hace daño a sí mismo. "¿Quién te ha hecho tanto daño con sus ofensas como el que te haces a ti mismo cuando admites dentro de ti la ira?" (San Juan Crisóstomo). "Quieres ser feliz un instante?. Véngate.¿ Quieres ser feliz toda la vida?. Perdona" (Lacordaire).

            ¡Qué alegría el poder ser feliz toda la vida y morir en paz!.